Blogue de Gracia e de Anxo, blogue de pingas e de icebergs, do que nos preocupa ou nos chama a atención, de biblioteca e de aula.

27/11/08

Non á violencia contra as mulleres (LXVI)

Desde Sexismo Publicitario, traemos íntegra e sen traducir algo ao que nós temos feito referencia nalgunha ocasión:


De 1993 a 2005 en Ciudad Juárez, Chihuahua, ha habido entre 100 y 150 asesinatos seriales de mujeres pobres que fueron sometidas a abusos sexuales antes, durante y/o después de su muerte, además de aplicarles intensas torturas, fueron mutiladas, brutalmente golpeadas, y arrancadas partes de sus cuerpos a mordidas.


Algunos familiares de las víctimas, agrupados en la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, con el apoyo de organismos civiles de México y otros países, exigieron respeto y solución a sus problemas. Obtuvieron el reconocimiento, pero la reacción gubernamental fue insuficiente. Antes, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) había expresado que las autoridades estatales y municipales enfrentaron el caso con "ausencia de interés y vocación", "omisión culposa", "menosprecio sexista", y que, en suma, dieron "muestras de incapacidad para contender, en el ámbito de la procuración de justicia, con la problemática que sufre la región" (Comisión Nacional de Derechos Humanos, "Recomendación 44/98, 15 de mayo de 1998", Gaceta de la CNDH, pp. 115, 116 y 123.). Las recomendaciones de la CNDH fueron ignoradas por los gobiernos locales, y como México se estaba abriendo al escrutinio internacional, las críticas del exterior se unieron a las que del país salían.

En 1999, la relatora especial de la o­nU Asma Jahangir, sobre estos crímenes aseguró que la "conducta arrogante de algunos funcionarios públicos y su manifiesta indiferencia ante estos delitos" le permitían concluir que "muchos de ellos fueron deliberadamente pasados por alto" (ONU, Informe de la relatora especial sobre Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, E/CN.4/2000/3/ADD.3, 25 de noviembre de 1999, párrafo 89. ).

En un informe terminado en el 2002, Marta Altolaguirre, relatora de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aseguró que la "denegación de una respuesta eficaz se origina y se propaga" en la "percepción de que la violencia contra la mujer... no es un delito grave" lo que "forma parte del contexto más amplio de la discriminación" (Marta Altolaguirre, Situación de los derechos de la mujer en Ciudad Juárez, México, Informe de la relatora especial sobre los derechos de la mujer de la CIDH, 2002).

En agosto del 2003 Amnistía Internacional resumió en una frase un sentir muy extendido: lo acontecido en Juárez es "un modelo de intolerable negligencia" gubernamental (Amnistía Internacional, Muertes intolerables. México: 10 años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua, Londres, Agosto 2003, p. 65.). La relevancia adquirida también proviene de la cobertura de diversos medios y de libros como el de "Huesos en el Desierto", de Sergio González Rodríguez, el video "Señorita Extraviada" de Lourdes Portillo o las investigaciones de Julia Estela Monárrez Fragoso, y Rita Laura Segato.

Desde una perspectiva más amplia, las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez son un caso extremo de la violación a los derechos humanos que, con diferentes matices, perfiles y contextos viven, millones de mexicanas y mexicanos discriminados. Incursionar en el asunto significa ver de cerca un contexto caracterizado por la miseria, la desprotección de trabajadores, menores y migrantes, la tortura y las desapariciones forzadas y una cultura de la violencia que se ensaña en las mujeres. Es inquietante observar cómo este tipo de asesinatos se han extendido a otras ciudades (entre las que se encuentra la capital de Chihuahua).

La atención que ha recibido el caso viene de la lucha de los familiares de las víctimas y de los organismos civiles que las han apoyado. Con sus testimonios, su información y sus manifestaciones hicieron imposible la indiferencia y el silencio.

Sus testimonios refrendan y documentan la crítica de los informes ya citados sobre lo hecho y dejado de hacer, por las autoridades responsables: indiferencia, ineficacia y desorganización explicable, al menos en parte, por un menosprecio clasista hacia las víctimas cuya moralidad pusieron constantemente en duda. Desconfían de los resultados, hablan de ocultamiento de información, de hostigamientos y de la costumbre de los ministerios públicos de responsabilizar a las víctimas de la obtención de pruebas o la profundización de la investigación, además de sus propias muertes. Uno de los indicadores es que ningún cuerpo fue localizado como resultado de una investigación policíaca.

Se han abierto diversas instancias que debieran resolver los asesinatos y sus secuelas, sin embargo, ninguna ha sido contundente y al ser cuestionadas por organizaciones y gobiernos de otros países, lo que hacen es informar acerca de sus acciones y programas, pero lamentablemente no dan resultados, primero porque no los tienen, debido a que no resuelven de manera eficaz las situaciones resultantes de tales crímenes, ni frenan los asesinatos, esto es sólo una política de simulación para hacer creer a quienes presionan por una solución, que ahora sí, se pone atención a l problema.

"El gobierno federal vio el problema de los asesinatos desde un punto de vista policiaco, y no como un problema social. Lo que está en disputa no es la competencia jurídica para ver quién investiga un delito -que por lo visto, nadie podrá resolver por esa vía- sino lo que se le exigía era su intervención para ir al fondo del asunto de manera integral. Porque insisto, el encontrar al o los asesinos, sólo es una parte del todo. Lo de fondo es: ¿por qué se asesina con tanta facilidad aquí a las mujeres? Y eso tiene repercusiones e implicaciones que van desde lo sociológico (la anomia social de la que habla Durkheim), cuestiones de género (alteraciones en las relaciones entre hombres y mujeres) y hasta económicas (la discusión a fondo del actual modelo maquilador, como motor del desarrollo de la ciudad, que tiene en los crímenes contra mujeres su rostro perverso), sin pasar por alto el aspecto político (el medro de partidos y políticos cuando están en campaña) en torno a este grave problema y por supuesto la reparación del daño, que nos lleva a preguntarnos, ¿qué se ha hecho por los sobrevivientes de ese horror? Y entonces comenzaremos a redimensionar lo que se vive en Ciudad Juárez. "Feminicidio, Estado y violencia en Ciudad Juárez", Servando Pineda Jaimes, 2005.

El nuevo gobierno del Estado de Chihuahua, al que pertenece Ciudad Juárez, y encabezado por el Lic. José Reyes Baeza, en el discurso muestra mayor voluntad que sus antecesores, sin embargo, en los hechos no resuelve mas que lo concerniente a los asesinatos de mujeres que ocurren en su gestión, aplicando los esfuerzos para que estos casos no queden sin investigación, pero el feminicidio del pasado, queda pendiente, lo que nos hace pensar que todo esto ocurre bajo una política cosmética que intenta demostrar que en esta ocasión sí se trabaja para abatir la impunidad, más impulsada por la necesidad de responder a las demandas internacionales y a las recomendaciones de diversas instancias de Derechos Humanos internas y externas, que por la real voluntad de dar atención a un grave problema por años ignorado.


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