Despois de ler Matar a Platón quedoume curiosidade por coñecer máis poemas desta autora, Chantal Maillard. E así cheguei a Hilos, o seu último poemario. Unha poesía difícil e fermosa, lampexos soltos unidos por fíos invisibles que conforman o noso ser. A autora cuestiona a linguaxe, interrogándose sobre a súa descomposición, e intuíndo que o "eu" está precisamente nela.
Realmente, dous son os poemarios, Hilos e Cual, aínda que ambos conforman unha unidade. Esta vén da tensión de sentir e sentirse. O eu esvaécese pouco a pouco, estrañado, confundido, ofuscado e ata canso. A autora indaga e realiza poesía filosófica para que o eu busque razóns para vivir. As palabras esparéxense e flúen, necesitadas por si mesmas e polo noso afán de utilizalas. Porque os corpos deterióranse e aínda así queremos seguir vivindo.
Lela é unha pasada.
Volver a las palabras.
creer en ellas. Poco. Sólo
un poco lo bastante
como para salir a flote y coger aire
y así poder aguantar, luego,
en el fondo.
Volver a las palabras. Con
voluntad de sentido.
Boqueando. Pez en la orilla
común de los creyentes.
Volver. Decir superficie. Escribirla.
Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.
Irremediable.
Escribir irremediable.
Buscando remedio.
Con esa intención. Pero lo
irremediable no es remediable.
O sólo mientras se escribe. La
palabra irremediable no es lo
irremediable. Aunque, una vez
escrita, sea irremediable. Así
pues, escribir remediable. Lo es
mientras se escribe.
Después, caer al adentro. Donde
lo irremediable
paraliza.
Realmente, dous son os poemarios, Hilos e Cual, aínda que ambos conforman unha unidade. Esta vén da tensión de sentir e sentirse. O eu esvaécese pouco a pouco, estrañado, confundido, ofuscado e ata canso. A autora indaga e realiza poesía filosófica para que o eu busque razóns para vivir. As palabras esparéxense e flúen, necesitadas por si mesmas e polo noso afán de utilizalas. Porque os corpos deterióranse e aínda así queremos seguir vivindo.
Lela é unha pasada.
Volver a las palabras.
creer en ellas. Poco. Sólo
un poco lo bastante
como para salir a flote y coger aire
y así poder aguantar, luego,
en el fondo.
Volver a las palabras. Con
voluntad de sentido.
Boqueando. Pez en la orilla
común de los creyentes.
Volver. Decir superficie. Escribirla.
Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.
Irremediable.
Escribir irremediable.
Buscando remedio.
Con esa intención. Pero lo
irremediable no es remediable.
O sólo mientras se escribe. La
palabra irremediable no es lo
irremediable. Aunque, una vez
escrita, sea irremediable. Así
pues, escribir remediable. Lo es
mientras se escribe.
Después, caer al adentro. Donde
lo irremediable
paraliza.
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