Non coñecía esta colección de "Violeta Infantil. Biografías" adicada a mulleres que aunaron vidas valentes con obras imperecedoiras. Arestora estou ante un fermoso libro bilingüe que conta a vida de Carmen Martín Gaite. O subtítulo é A la aventura subida en una pluma, e quen asina é Luisa Antolín acompañada das ilustracións de Juan Manuel Santomé. A editorial: Hotel papel.
Carmiña é a protagonista desta aventura que é convertida así nunha heroína para os nenos e as nenas que se acheguen a este libro. Carmiña é unha nena que sobre todo ama a palabra escrita, que é quen de inventar palabras que lle fan falla mentres que se van rompendo tópicos sobre as mulleres-princesa que non o son. Un xeito de educar en igualdade moi afortunado.
"Un día, me encontré con Carmen Martín Gaite, que iba cantando por las calles de Nueva York con Caperucita y la señora Miss Lunatic, la maga de la libertad.“Miranfú” me susurró al oído. Era una palabra mágica que sólo ella conocía porque Carmiña – que así la llamaban quienes la querían – se inventaba palabras y también otras cosas, como la Isla de Bergai, un sitio donde puedes ir con solo cerrar los ojos cuando sientas que no te quieren mucho o que no te entienden muy bien. Desde aquel día, voy de la mano de las palabras. Con ellas, el mundo es más grande y más divertido. Si quieres, puedes venir con nosotras a descubrir el Reino de la Libertad. Sólo hay una condición: que no tengas miedo a la aventura.
Carmiña é a protagonista desta aventura que é convertida así nunha heroína para os nenos e as nenas que se acheguen a este libro. Carmiña é unha nena que sobre todo ama a palabra escrita, que é quen de inventar palabras que lle fan falla mentres que se van rompendo tópicos sobre as mulleres-princesa que non o son. Un xeito de educar en igualdade moi afortunado.
"Un día, me encontré con Carmen Martín Gaite, que iba cantando por las calles de Nueva York con Caperucita y la señora Miss Lunatic, la maga de la libertad.“Miranfú” me susurró al oído. Era una palabra mágica que sólo ella conocía porque Carmiña – que así la llamaban quienes la querían – se inventaba palabras y también otras cosas, como la Isla de Bergai, un sitio donde puedes ir con solo cerrar los ojos cuando sientas que no te quieren mucho o que no te entienden muy bien. Desde aquel día, voy de la mano de las palabras. Con ellas, el mundo es más grande y más divertido. Si quieres, puedes venir con nosotras a descubrir el Reino de la Libertad. Sólo hay una condición: que no tengas miedo a la aventura.
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