En canto o vin, quedei namorada deste libro, por ser totalmente diferente. Non estamos a falar do típico álbum ilustrado, non. Ciudades de papel de David Pintor é unha visión do seu autor sobre os lugares que el percorre, cidades que pretende lembrar que nos convidan a entrar nelas, a marchar cara alá para percorrelas con esoutra ollada que o autor nos agasalla.
Santorini, Cadaqués, Santiago, Fisterra, Praga, Oporto, Londres, Nova Iorque, Barcelona, Ibiza, Niza... transfórmanse nestes cadros debuxados por sensacións e lembranzas.
Tal como afirma Miguelanxo Prado:
...David Pintor, por lo que se puede apreciar en este libro, ha viajado bastante. Y se nota, por las imágenes, que le gusta hacerlo. También le gusta dibujar y pintar. Eso ya lo sabíamos muchos. Y lo hace magníficamente (lo de dibujar y pintar; bueno, lo de viajar parece que también...). David me comentaba que muchas de las vistas que aparecen en estas páginas están hechas de memoria, jugando más con el recuerdo y las sensaciones que con la realidad objetiva. Conozco bien ese juego y me encanta. Al fin y al cabo, lo más trascendente del viaje no es su registro cartográfico, sino la huella que deja en nosotros y la manera en la que nos puede cambiar. Seguramente es por eso que hay en los paisajes que David nos muestra un hálito poético, ensoñado, que va más allá de los elementos más o menos fantaseados que a veces forman parte del cuadro. Viendo esta colección de imágenes de David siento envidia (sana) por los lugares que ha visitado, y se me encienden las urgencias por hacer la maleta. Siento una complicidad especial porque su visión del viaje no es épica –o al menos a mí no me lo parece–, sino cotidiana. Creo que a David lo que le gusta es haber vivido en esos lugares por un cierto tiempo, haber sido uno más de sus habitantes, haber sido otro. Lo entiendo y lo comparto...
Santorini, Cadaqués, Santiago, Fisterra, Praga, Oporto, Londres, Nova Iorque, Barcelona, Ibiza, Niza... transfórmanse nestes cadros debuxados por sensacións e lembranzas.
Tal como afirma Miguelanxo Prado:
...David Pintor, por lo que se puede apreciar en este libro, ha viajado bastante. Y se nota, por las imágenes, que le gusta hacerlo. También le gusta dibujar y pintar. Eso ya lo sabíamos muchos. Y lo hace magníficamente (lo de dibujar y pintar; bueno, lo de viajar parece que también...). David me comentaba que muchas de las vistas que aparecen en estas páginas están hechas de memoria, jugando más con el recuerdo y las sensaciones que con la realidad objetiva. Conozco bien ese juego y me encanta. Al fin y al cabo, lo más trascendente del viaje no es su registro cartográfico, sino la huella que deja en nosotros y la manera en la que nos puede cambiar. Seguramente es por eso que hay en los paisajes que David nos muestra un hálito poético, ensoñado, que va más allá de los elementos más o menos fantaseados que a veces forman parte del cuadro. Viendo esta colección de imágenes de David siento envidia (sana) por los lugares que ha visitado, y se me encienden las urgencias por hacer la maleta. Siento una complicidad especial porque su visión del viaje no es épica –o al menos a mí no me lo parece–, sino cotidiana. Creo que a David lo que le gusta es haber vivido en esos lugares por un cierto tiempo, haber sido uno más de sus habitantes, haber sido otro. Lo entiendo y lo comparto...
2 comentarios:
coñezo o libro, e é precioso: tedes razón
Eu cabreeime con EL patito, pero haberá que votarlle un vistazo. Teñen sorte de que os teñas por aquí.
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