É preciso, ademais, aclarar que Cristovam Buarque e "Chico" Buarque non son a mesma persoa. O primeiro é un político e o segundo un artista. O email fala de que é o ministro de educación en Brasil, pero maxino que é porque a cadea dende a que me chegou é antiga.
Co argumento de protexer a enorme riqueza natural da Amazonía, dende hai moito tempo escoitáronse voces pronunciándose a favor da "internacionalización da Amazonía", a selva tropical máis grande do mundo, cunha extensión aproximada de seis millóns de quilómetros compartidos por oito países, dos que Brasil posúe a maior parte. A iniciativa parece que xurdiu en grupos de poder dos Estados Unidos, aínda que foi reforzada por persoas como Pascal Lamy, director da Organización Mundial do Comercio, quen abertamente pediu que Brasis sexa castigado polo aumento da deforestación da Amazonía. Porén, semella que a proposta non é máis que unha forma velada de ocupación, tras a que están grupos interesados en explotar as incalculables riquezas desta rexión, aínda pulmón do planeta.
No email di que que lle preguntaron ao ministro que pensaba sobre a internacionalización da Amazonía nun debate nunha universidade de Estados Unidos. Realmente non foi alí nunha universidade, senón en Nova Iorque, no Hotel Hillton, nun encontro do "State of the World Forum". E foi en setembro do ano 2000, cando no email o presentan como algo recente e novidoso.
A persoa que lle plantexou a pregunta advertiu que agardaba a resposta dun humanista e non a dun brasileiro. E a resposta é a seguinte (tal como a recibín e tal como está publicada en diferentes lugares):
“Realmente, como brasileño, solo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonía. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonía, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.
Si la Amazonía, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar del la humanidad como la Amazonía para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonía es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonía es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonía, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el solo placer de un propietario o país. No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los Estados Unidos. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhattan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si Estados Unidos quiere internacionalizar la Amazonía, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merece los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonía. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonía sea nuestra. ¡SOLAMENTE NUESTRA!”
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