Sólo son tuyas –de verdad– la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
–irreales palabras ilusorias–,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.
Juan Luis Panero
de Enigmas y despedidas. (Tusquets, 1999)
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