Unha historia case surrealista onde imos atopando obxectos e máis obxectos que nos recordan a unha persoa amada con toda delicadeza, porque a lembranza é indeleble e a ela nos aferramos.
El día que nos dimos cuenta de que el abuelo no estaba en su sillón empezamos a buscarlo por toda la casa.
Al cabo de un rato mi madre dijo como recordando: “Un momento, un momento” y metió la mano en el bolsillo de su delantal. Buscó y rebuscó.
Los demás escuchamos el cacharreo de la mano de mi madre ahí adentro. Ruidos metálicos, chirridos, chasquidos, crujidos, algún maullido, un timbre de bicicleta y por fin sacó la mano. Traía a alguien. Pero no era mi abuelo.
Mi madre sacó de su bolsillo a mi abuela.
La sorpresa fue mayúscula: ¡Ooooh!
-¡Pero, abuela, si pensábamos que había fallecido usted!
-Ea –fue toda su respuesta.
Estuvimos un buen rato sin salir de nuestro asombro.
Al final, viendo que nadie decía nada, fue ella quien volvió a hablar:
-¿En qué andáis?
-Buscamos al abuelo. ¿No lo habrá visto usted por ahí adentro?
-¡Pero qué dices! ¿Tú sabes el desbarajuste que hay ahí adentro? ¡Qué de cachivaches! No, no lo he visto, pero sí que le venía oyendo. Déjame probar.
Metió la mano y empezó a sacar todo lo que pillaba.
Salieron pinzas, tapones de corcho, ganchos del pelo, pañuelos usados, un botón, un calcetín azul, otro rojo, otro negro, un tornillo, otro botón, monedillas, papelitos, un patín, sacacorchos, abrelatas, matasuegras, una tuerca, otro botón, con este iban tres.
-Este botón es de una camisa suya, lo conozco –dijo, pero tuvo que repetirlo para que le hiciéramos caso, porque nos habíamos entretenido con lo que había ido sacando...
2 comentarios:
Muchas gracias por la reseña, la cocodrila se ha puesto muy contenta :)
Seguro que cabe en un bolsillo!!!:)
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