Alfabeto

Coido que non é un libro de poemas calquera este que vén de publicar Sexto Piso de Inger Christensen: Alfabeto é un só poema longo que segue dous fundamentos: por un lado, o alfabeto (cada poema segue a disposición das letras por orde alfabética); por outro, a fórmula matemática: a partir do primeiro poema, dun só verso  (“los albaricoqueros existen, los albaricoqueros existen”), os versos de cada estrofa corresponden á suma das dúas estrofas previas -seguindo a secuencia numérica de Fibonacci-: 1, 2, 3, 5, 8, 13... Inger Christensen xoga coa poesía e coa forma poética tecendo uns versos onde os puntos da calceta son a esencia do universo: as letras. Porque con elas pode facer e refacer novos universos, reinventándoos e reconstruíndoos despois da autodestrución. Neste tecido hai lugar para calquera complexidade sintáctica e semántica, onde a voz poética non é só testemuña senón protagonista e onde o marco histórico é máis ca un marco no que existe a esperanza e o esquecemento. O poema Alfabeto é un canto sensorial e reflexivo, unha canle continua onde nada permanece estático, porque o universo cambia, avanza, retrocede: todo está aí reflectíndonos, ollándonos, pensándonos.
Viaxemos dende o "a" ao "n" para revisar o universo e para comprender que hai unha orde gobernante, que a autora representa matematicamente coas secuencias, que procura un sentido da vida, esa vida ameazada sen palabras para que estas sigan abraiándose ante a beleza da natureza e sigan denunciando o deterioro do comportamento humano.

Es un largo poema cuya forma sigue dos principios de composición. El primero es la secuencia de Fibonacci. Es decir, cada verso es la suma de los dos precedentes: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13… El segundo es el alfabeto. Cada poema, y las palabras que utiliza, sigue el orden de las letras: a, b, c, d, e. Sin embargo, bajo esta forma aparentemente estricta, hay lugar para el azar. - See more at: http://www.sextopiso.es/7450-alfabeto/#sthash.ylaLDI24.dpuf

Para Christensen, el lenguaje es directa emanación de la naturaleza, y como un tierno tallo que rápidamente va creciendo y ramificándose, los primeros versos de Alfabeto parecen brotar directamente del sonido de las palabras, de las relaciones aparentemente casuales entre palabras empezadas con la misma letra. Con asombro ante la belleza del lenguaje, ante la existencia de las cosas se acomete un inventario del mundo: “Los albaricoqueros existen, los albaricoqueros existen”, reza el primer verso. - See more at: http://www.sextopiso.es/7705-matamos-mas-de-lo-que-creemos/#sthash.jtsmHk9I.dpu

me resulta un poco raro
oír cigarras
aquí donde hace mucho frío
y por tanto no hay ninguna
quizá sea por ese tipo de cosas
que siempre han ocurrido
cuando la luz se encamina hacia el norte
y el abedul la acompaña
como cuando una habitación de un
sueño durante un viaje una vez
es precisamente la habitación
a la que vuelves a casa y en la que te instalas [...]

me resulta un poco raro
oír cigarras
aquí donde hace mucho frío
y por tanto no hay ninguna
quizá sea por ese tipo de cosas
que siempre han ocurrido
cuando la luz se encamina hacia el norte
y el abedul la acompaña
como cuando una habitación de un
sueño durante un viaje una vez
es precisamente la habitación
a la que vuelves a casa y en la que te instalas [...]
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me resulta un poco raro
oír cigarras
aquí donde hace mucho frío
y por tanto no hay ninguna
quizá sea por ese tipo de cosas
que siempre han ocurrido
cuando la luz se encamina hacia el norte
y el abedul la acompaña
como cuando una habitación de un
sueño durante un viaje una vez
es precisamente la habitación
a la que vuelves a casa y en la que te instalas [...]
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me resulta un poco raro