Rematei esta noite este libro fermosamente triste. Fermoso, polo xeito de contalo; triste, polo tema. Un tema tan recorrente como a Segunda Guerra Mundial, o nazismo, o exterminio, a Morte... e esta está tan ocupada transportando cadáveres, que ata chegas a comprendela...
Recoñezo que o comprei polo título, igual que fixen no verán con El cuento número trece, que xa vos recomendei. Compreino sen saber de que ía, sen saber que se convertería nun fenómeno de vendas. E logo, houbo outras lecturas polo medio, como pasa case sempre.
Pero aquí está. Ao pouco de comezar a ler soltei unha palabrota en alto: ___, pero se a narradora é a "...". Non volo vou dicir, aínda que me temo que é un segredo a voces. Pero se ledes só este blog, sen indagar máis, prefiro non desvelalo. Ten tanto sentido que sexa esa e non outra a narradora! Houbo tanta inxustiza, hai tanto horror... e temo que haberá tanta crueldade! Non seremos capaces de aprender destes momentos da historia que nos convulsionan e revolven as tripas? Parece que non... parece que o ser humano é incapaz de convivir en paz... Que mágoa!
Ás veces o texto parece que deixa de selo para se converter en obra dramática, e esta transporta ao lector á rúa, á cidade onde transcorren os acontecementos. A escritura chega a ser en moitas ocasións tamén poética, expondo idas acerca da relación seres humanos-morte moi interesantes.
Por suposto, coa lectura do libro, choras... quero dicir, eu chorei, pero calquera de vós tamén o fará, xa veredes.
¿Sabes?, durante un breve instante, a pesar de todos los colores que se cruzan y se enfrentan con lo que veo en este mundo, suelo atisbar un eclipse cuando se muere un humano. He visto millones. (...)
Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en que los libros y las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo. ¿Fue al ver por primera vez una habitación llena de estanterías abarrotadas de libros?
... se fijó en los asombrosos ojos de su nuevo padre. Estaban hechos de bondad... y de plata, de plata líquida, esponjosa...
la música se reflejaba en su cara...
O hasta que las augas del cielo alemán volvían a tragarse las estrellas...
... esa noche la luna estaba zurcida al cielo, con puntadas de nube alrededor...
... las palabras estaban de camino, y cuando llegaron, las sujetó entre las manos como si fueran nubes y las escurrió como si estuvieran empapadas de la lluvia...
... es mucho más difícil hallarse a las puertas de algo que haberlas cruzado..
Las bombas cayeron, y las nubes no tardarían en arder ni las frías gotas de lluvia en convertirse en cenizas. Nevarían abrasadores copos de nieve.
He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura.
Ás veces o texto parece que deixa de selo para se converter en obra dramática, e esta transporta ao lector á rúa, á cidade onde transcorren os acontecementos. A escritura chega a ser en moitas ocasións tamén poética, expondo idas acerca da relación seres humanos-morte moi interesantes.
Por suposto, coa lectura do libro, choras... quero dicir, eu chorei, pero calquera de vós tamén o fará, xa veredes.
¿Sabes?, durante un breve instante, a pesar de todos los colores que se cruzan y se enfrentan con lo que veo en este mundo, suelo atisbar un eclipse cuando se muere un humano. He visto millones. (...)
Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en que los libros y las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo. ¿Fue al ver por primera vez una habitación llena de estanterías abarrotadas de libros?
... se fijó en los asombrosos ojos de su nuevo padre. Estaban hechos de bondad... y de plata, de plata líquida, esponjosa...
la música se reflejaba en su cara...
O hasta que las augas del cielo alemán volvían a tragarse las estrellas...
... esa noche la luna estaba zurcida al cielo, con puntadas de nube alrededor...
... las palabras estaban de camino, y cuando llegaron, las sujetó entre las manos como si fueran nubes y las escurrió como si estuvieran empapadas de la lluvia...
... es mucho más difícil hallarse a las puertas de algo que haberlas cruzado..
Las bombas cayeron, y las nubes no tardarían en arder ni las frías gotas de lluvia en convertirse en cenizas. Nevarían abrasadores copos de nieve.
He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura.
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