Se aínda hai alguén por aí que pense que a poesía é cursi ou romanticona que lea este libro e atopará a antítese da súa crenza. El Acantilado ofrécenos a J.M. Fonollosa, quen crea en Ciudad del hombre: New York un tipo de poesía cheo de violencia, onde ten cabida o escepticismo, o asasinato, o machismo, a violación... cantas voces poida ter o ser humano ou cantos seres humanos teñan cabida en diferentes voces. E así toparemos v
ersos como "Las mujeres que quiero van con otros", "De un tajo la corté. Con el machete/ corté de un solo tajo su cabeza", "Conseguiré, por fin, dar un buen golpe/ que llene de billetes mis bolsillos", "La mujer es para eso, paraíso/ para uso de los hombres. Campo abierto", "Yo quiero que tú sufras lo que sufro:/ aprenderé a rezar para lograrlo./ Yo quiero que te sientas tan inútil/ como un vaso sin whisky entre las manos". E tamén a inocencia, a defensa, a voz que reclama xustiza: "Debiera liberarse la mujer/ de la opresión en que la tiene el hombre"
Aquí tedes unha selección de poemas. E aquí máis.
Veño de topar este blogue onde nos ofrecen algúns destes poemas musicados por Albert Plá. Toda a información aquí.
ersos como "Las mujeres que quiero van con otros", "De un tajo la corté. Con el machete/ corté de un solo tajo su cabeza", "Conseguiré, por fin, dar un buen golpe/ que llene de billetes mis bolsillos", "La mujer es para eso, paraíso/ para uso de los hombres. Campo abierto", "Yo quiero que tú sufras lo que sufro:/ aprenderé a rezar para lograrlo./ Yo quiero que te sientas tan inútil/ como un vaso sin whisky entre las manos". E tamén a inocencia, a defensa, a voz que reclama xustiza: "Debiera liberarse la mujer/ de la opresión en que la tiene el hombre"West 13th Street
Esperé aquel momento muchos días.
Fue fácil deslizarse hasta su cuarto.
Su ventana cedió con un gruñido.
Mis pies no despertaron las alfombras.
Fue fácil deslizarme hasta su cama
y verla respirar. Hasta las sábanas
sentían el calor aquella noche.
No perjudica a nadie el acostarse.
Un poquito de amor no daña a nadie.
No le costaba nada haber cedido;
dejarse acariciar unos minutos.
No quise hacerle daño. Se lo dije
tapándole la boca con la mano.
Le dije que iba sólo a acariciarle.
No tenía por qué asustarse tanto.
Tuve que ahogar el grito de sus ojos.
Apreté demasiado. Lo lamento.
Estuvo bien, no obstante, aun tan inmóvil.
Aquí tedes unha selección de poemas. E aquí máis.
Veño de topar este blogue onde nos ofrecen algúns destes poemas musicados por Albert Plá. Toda a información aquí.
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