Este verán asistín a un curso sobre Igualdade aquí en Lalín. Unha das marabillosas ponencias ás que asistín era de Carmen Cantillo falando precisamente dos estereotipos sexistas das
Princesas Disney. Recoméndovos que leades a súa análise, por se vos quedaba algunha dúbida.
Agora, co novo filme, "Brave", semella que se dá un paso pola igualdade. Topei este artigo que vos deixo íntegro:
Los estereotipos de género en las películas de Disney
Mujeres autónomas, independientes,
empoderadas. Mujeres que no se dejan paralizar por el miedo, rebeldes e
inconformistas, con amplitud de miras y que no cumplen las reglas ni las
expectativas sociales. Sin duda, no acostumbramos a ver este modelo de
mujer en las películas de la factoría Disney-Pixar.
Tal como explica Patricia Digón Regueiro en su interesante artículo “El caduco mundo de Disney: propuesta de análisis crítico en la escuela”,
el arquetipo de mujer promovido por la histórica compañía de dibujos
animados se corresponde más con la siguiente descripción:
“La mujer es sumisa y obediente, se guía por sus emociones, se orienta al amor y al matrimonio, es la que cuida de la familia y de la casa y en muchas ocasiones se la presenta o en el rol de la mujer «malvada» o en el de la niña «inocente». Giroux (2001: 106-111) pone como ejemplos, películas como El Rey León, donde las leonas tienen un papel dependiente, sumiso y subordinado al control de los leones siendo incapaces de rebelarse cuando Scar toma el poder; Aladdin donde el papel de Jasmine se reduce a ser el objeto de deseo de Aladdin y su vida es definida por los hombres; o La sirenita, en esta película aunque parece mostrarse a la mujer en un papel más rebelde e independiente, esta rebeldía queda finalmente reducida a lograr el amor de un hombre, siendo capaz de dar su voz para conseguirlo ya que, tal y como le dice en la canción la «malvada» calamar, Úrsula, los hombres prefieren las mujeres calladas”.
Lara Zapata Fiedler, por su parte, en su artículo “Los estereotipos de mujeres en las películas de Disney” afirma que en todas las películas de la factoría se repite:
“Un modelo de mujer con la incapacidad de superarse a sí misma y la necesidad de que haya una figura masculina de por medio que incentive y complete esta superación. (…) El hombre representa al héroe, quien cumple un papel salvador, ya que, en la mayoría de los casos, despiertan, reviven o salvan a la mujer que actúa como víctima. (…) Los films intentan sugerir que la realización de una mujer, llámese felicidad, está directamente relacionada con la formación de una familia tipo, donde la mujer se casa, tiene hijos, vive para estos y no para su realización personal”.
De este modo, a lo largo de casi noventa años, Disney
ha construido estereotipos femeninos sólidos y encorsetados que han
sido adoptados y naturalizados por la sociedad en su conjunto y que
representan a mujeres con escasa capacidad para valerse por sí mismas y
cuya felicidad depende directamente de la intervención masculina del
“príncipe azul”. Seguramente desde nuestro yo consciente, somos
muchas las mujeres y hombres que rechazamos esos estereotipos sexistas,
pero, según alerta Pilar Aguilar en su Manual del espectador inteligente,
precisamente “el peligro de la imagen reside en que nos penetra por los
caminos emotivos e inconscientes y, por ello, nos defendemos mucho peor
ante lo mostrado con imágenes que ante lo formulado verbalmente”.
Por todo eso, Brave, además de
ser un hermoso retrato de las Tierras Altas de Escocia y una historia de
mágicas leyendas, supone un paso adelante hacia la igualdad de género
en la animación de Pixar. Además de ser la primera película en la que
esta factoría le otorga el máximo protagonismo a una heroína femenina,
la princesa Mérida; en Brave se quiebra el ideal de mujer de Disney menoscabado y caracterizado únicamente por la posesión de una gran belleza.
Brave: nuevos personajes femeninos originales y con iniciativa
Aunque
uno de los pilares del argumento de la película es la exaltación de la
tradición; aunque la monarquía sigue siendo la forma de gobierno
predilecta de la factoría Disney (la protagonista es la hija mayor del
rey Fergus y la reina Elinor); y aunque más allá de su estética de la
imagen impecable y de sus personajes cuidados al detalle, no sea
considerada por los expertos en animación como una obra de arte, Brave es una película cargada de energía y de cambios.
Sin duda, el mayor cambio incorporado en
la película es la ruptura de Mérida con la norma y la tradición
patriarcal al negarse a contraer matrimonio con uno de los herederos de
los otros tres clanes dominantes (los hijos varones de Lord Macintosh,
Lord McGuffin y Lord Dingwall) y al posicionarse contra el ideal de la mujer-esposa-madre dedicada solamente a la función reproductiva, desafiando así, las formas tradicionales de representación.
Pero son otros muchos los rasgos argumentales destacables como la creación de personajes femeninos originales y con iniciativa
(no víctimas indefensas) como Mérida, Elinor o la sorprendente y
divertidísima bruja metida a artesana excéntrica aficionada a las nuevas
tecnologías que a diferencia de las típicas brujas de Disney no destila
ni una gota de maldad; o como el acercamiento directo y elegante a los conflictos entre madres e hijas
y al proceso de desarrollo de la sororidad entre ellas (argumento
inspirado, por otra parte, en la relación de la directora de la
película, Brenda Chapman, con su propia hija); o la posibilidad de
introducir el debate entre la habilidad de Mérida con el arco
vista como rasgo habitualmente masculino relacionado con la violencia o,
por el contrario, interpretada como una herramienta de autodefensa
feminista.
Sea como fuere, es incuestionable que la aparición de Brave
en el panorama cinematográfico abre puertas a nuevas lecturas sobre el
contenido de las películas de animación y sobre el protagonismo femenino
en las mismas, dando pasos hacia a la igualdad mediante el
cuestionamiento de estereotipos cuyos cimientos hasta ahora ni siquiera
se habían tambaleado.
1 comentario:
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